- Seguridad
El antisocial era tan inteligente que publicaba su dinero y sus lujos por Tik Tok para llamar la atención.
El lujo digital y la violencia más cruda colisionaron en el corazón del Trópico de Cochabamba, donde Elmer Filmar Chiri Vedia, de 29 años, encontró su final dentro de su propio vehículo último modelo, en un barrio llamado Libertad. Su vida, meticulosamente exhibida en TikTok a través de viajes y fajos de billetes, fue apagada a balazos por sus propios cómplices.
Vecinos del barrio Libertad, en Ivirgarzama, dieron la voz de alarma al descubrir un automóvil con placas falsas y, en su interior, el cuerpo sin vida de Chiri. La escena mostraba el violento desenlace de una existencia que había convertido las ganancias ilícitas en un espectáculo para sus redes sociales.
La trayectoria del joven estaba marcada por los delitos, desde el 2022, su notoriedad en redes sociales lo llevó ante la justicia. Videos virales donde alardeaba de autos, fajos de dinero, mujeres, fiestas y viajes, producto presuntamente de lo ilícito resultaron en su detención por tráfico de sustancias controladas, instigación a delinquir e incluso apología del delito, delitos que cimentaron su fama de narco tiktoker.
Sus antecedentes policiales pintaban un perfil turbulento. El director de la FELCC de Cochabamba detalló un historial que se remontaba a 2017, incluyendo tráfico de drogas, lesiones y violencia intrafamiliar. Cada cargo era una pieza en el rompecabezas de una vida al límite, lejos del brillo ficticio de sus publicaciones.
La autopsia reveló la frialdad de su ejecución. Un proyectil impactó su frente destrozándole la cara, causando una fractura craneal y una laceración cerebral masiva. Un segundo disparo en el cuello selló cualquier posibilidad de sobrevivir. La muerte del narco tiktoker fue instantánea, dolorosa, sangrienta y un mensaje brutal enviado por los que era sus “amigos”.
El vehículo que servía de sarcófago de acero era en sí mismo un indicio delictivo. Las placas falsas confirmaban que se movía en las sombras, operando con un vehículo indocumentado, un detalle que encapsulaba su existencia al margen de la ley que tanto desafiaba en pantalla.
El gran misterio que flota sobre el crimen es cómo Chiri recuperó su libertad tras la detención de 2022. Las fuentes policiales no dudan en señalar que su asesinato está directamente vinculado a un “ajuste de cuentas”.
Su caso es la encarnación de una polémica era digital donde el crimen busca validación a través de los “likes”. Chiri convirtió las ganancias ilícitas en un espectáculo público, instigando a delinquir mientras cultivaba una imagen de éxito ante miles de seguidores, hasta que la realidad del negocio que promocionaba lo alcanzó.
La investigación permanece abierta en el Trópico y los agentes intentan reconstruir los últimos movimientos de la víctima y desentrañar la red de intereses que ordenó su ejecución. Cada pista es un hilo en la compleja telaraña del crimen organizado en la región, un mundo que el narco tiktoker mostró, pero cuyas reglas finales no pudo controlar.
La Policía del Trópico mantiene abierta la investigación para esclarecer las circunstancias del ataque, determinar los posibles móviles y dar con los autores del crimen.