Mié, 22-Octubre-2025
  • Seguridad

La población de Villazón del departamento de Potosí fue el escenario de la historia más fea de una niña.

 

Una niña de apenas 12 años escapa de su casa en busca de amor y cae en las garras de un depredador sexual de 28 años. En principio, el hombre decía ser su novio, pero después la utilizó como un objeto sexual con la ayuda de su amigo. El hecho sucedió en Villazón del departamento de Potosí.

La menor dice que conoció a un hombre en las redes sociales, con el mantuvo una relación amorosa y decidió escaparse de su casa para conocer a su “príncipe azul”, cuando lo conoció en persona, el hombre la llevó hasta su casa, la violó en repetidas ocasiones hasta que se cansó. 

Cuando el monstruo se cansó de ella, la echó a la calle como basura, argumentando que “quiero que te vayas, ya no te necesito”, "me vas a causar problemas con la justicia”, “tomas sus trapos y te largas”, según contó la víctima ante los agentes de la Policía.  

La criatura, desamparada y traumatizada, buscó refugio donde un supuesto “amigo”, otro hombre adulto con quien mantenía contacto y le pidió que la ayude quien al ver la vulnerabilidad se aprovechó de la situación para saciar sus instintos más bajos.

Ese segundo verdugo la emborrachó sistemáticamente dentro de su vivienda, aprovechando su estado de indefensión para violarla repetidamente y golpearla, transformándola en su “esclava sexual”. 

Cada sorbo de alcohol era un clavo en su inocencia perdida, cada noche una eternidad de tormento en la oscuridad de una habitación que se convirtió en su infierno personal.

El calvario no terminó ahí, ese supuesto “amigo” también la echó a la calle y la amenazó con hacerle daño a ella y a sus padres si lo denunciaba. 

Tres días después, mientras deambulaba por las calles de Villazón, en estado de shock, dos adolescentes (otros supuestos amigos) le tendieron otra trampa mortal: la invitaron a “trabajar en un lenocinio”, intentando arrastrarla hacia las garras de la explotación sexual comercial.

La Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) confirmó el horror en todos sus detalles. El coronel Eduardo Moscoso relató cómo la criatura de 12 años pasó de ser una estudiante a convertirse en mercancía sexual para múltiples depredadores, cada uno más despiadado que el anterior.

Finalmente, logró escapar y volvió a su hogar, donde les contó todo a sus padres, que no dudaron en realizar la denuncia en oficias de la Policía. 

Actualmente, dos de estos monstruos están tras las rejas, pero un tercer cómplice sigue suelto, escondiéndose entre la población como una serpiente lista para atacar a su próxima víctima. Los agentes trabajan contra reloj para encontrarlo antes de que repita su patrón de abuso.

Mientras tanto, la víctima sobrevive entre pesadillas, tratando de borrar de su memoria las manos sucias que profanaron su cuerpo, los alcoholes que nublaron su conciencia, y las palabras dulces que escondían cuchillos.